Carta para un instante:

Carta para un instante:



Nuestra historia fue la trama secundaria de una trama mucho más compleja, una en la que estábamos destinados a cruzarnos y a no permanecer juntos.
Supongo, que estábamos destinados al fracaso desde el principio. Desde el momento en el que huímos y buscamos refugio en el otro, sabiendo que no debíamos. Pero lo hicimos.
Yo pretendí creer que él era más que la máscara de prepotencia y vanidad que le gustaba mostrarle a la gente, y él pretendió creer que yo no estaba enamorada de otro.
Pero las actuaciones llegan a su fin y el nuestro llegó tan rápido como una ráfaga.
Todo terminó con una idea. Y es que ninguno de los dos podíamos evitar hacernos infelices.
Terminó con el primer grito de reproche y la impresión de que uno o ambos acabaríamos con el alma machacada y los ojos rojos.
Duró menos de lo que dura un suspiro, y más de lo que debió durar.
Imagino que soltó un grito desesperado cuando descubrió que su llave ya no abría la puerta.
Y siguió gritándole a mi contestador durante semanas, hasta que harta del incesante ruido del teléfono despertándome a las 2 a.m., una noche, respondí.
Y entonces mi apartamento quedó en silencio y durante un minuto, a través de la línea solo logré escuchar su respiración, la misma que me había acunado tantas noches hasta quedarme dormida, y después murmuró un “lo siento” disculpándose por una historia que no debió ser, tan quedo que retumbó en mi mente hasta que colgó, y entonces pensé que nunca volvería a saber nada de él, que no volveríamos a vernos nunca.
Pero en el silencio que me proporcionó su ausencia esa noche, en ese momento, de haber habido un narrador en nuestras vidas, habría dicho: “pero no fue así”.
Y la verdad es que no lo fue.
Volvía verlo, en una vida tan distinta, que ya no eramos los mismos. Cuando nos convertimos en dos extraños capaz de cruzar la calle sin cruzar ni siquiera una mirada. Sin volver a cruzar nunca sus vidas.
Porque a veces, las vidas de dos personas se cruzan durante un solo instante antes de separarse para siempre.

Comentarios

Entradas populares