Allí donde estes.

Es iremediable supongo, hechar de menos a la gente.
Nunca es fácil. Se vuelve soportable con el tiempo, al menos. Pero nunca es fácil.

Y entonces me pregunto si es posible olvidarlo todo y perdonar todas tus faltas y pecados.

El problema es que tu ya no estás, y mis lágrimas, por muy cristalinas que sean, siempre ocultaran algo de rabia dentro de la tisteza.

Pero la pena sigue arraigada en mi pecho y se niega a soltarme y es díficil echarte de menos, pero inevitable al fin y al cabo.

Pero lo más díficil, es decirlo ahora, que pese a todo, en un mayor o menor grado, te quería, y ese sentimiento inmutable, me acompañara el resto de mis días.



Carta anonima encontrada en un bolsillo del corazón.


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