15 sonrisas por segundo


Hay momentos donde te conviertes en risa,
y luego te calmas,
como si nada hubiese pasado,
y compartimos una mirada
que vuelve a despertar las sonrisas dormidas en nuestros labios
y luego saltas,

como si pudieses alcanzar con los dedos los aviones de papel
que sobrevuelan nuestro cielo imaginario
porque sabes que no hay nada
que este lo suficientemente alto,
como para que no lo alcances.

Y cuando caes y cuando tus pies tocan el suelo,
corres para ganar altura.

Y sonríes en las noches de verano,
cuando no hay nada que hacer y el sonido se camufla con el silencio,
y luego alzas una mano,
para sostener las estrellas.

Realizas un estudio detallado de cada sonrisa que consigues,
como si quisieras entender el sentimiento que esconden,
para atraparlo dentro de un globo,
junto a todo el aire del mundo
y lo sueltas para que lleguen muy lejos,
porque es tu sonrisa la que choca contra el techo,
y cuando no puedes más
y sueltas una risa ahogada,
de esas que te dejan sin aliento,
sonríes,
como si todo mereciese la pena,
como si fueses inmortal y nada pudiese vencerte.

Sonríes por tantos motivos y por tan pocos,
contienes tanta alegría en tus ojos
y ríes tan fuerte
que por momentos pareces irreal.






Para mi hermana,
por el estudio de una sonrisa.



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